La prueba final del año para ambos equipos (Gales jugará nuevamente la próxima semana pero solo puede alinear jugadores de Dragons, Cardiff, Ospreys y Scarlets porque el juego está fuera de la ventana de prueba designada por World Rugby) es una en la que ninguno de los equipos estará especialmente interesado. ¿Podría el estado de ánimo inusualmente apático resultar en una sorpresa agradable?

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