Para la implementación exitosa de la IA, las organizaciones deben priorizar los resultados sobre la propiedad

Es demasiado tarde para ‘esperar y ver’ cuando se trata de AI. Ya pasamos la fase de experimentación. Lo que estamos viendo ahora es un cambio fundamental en la escala a la que se usa, uno con el potencial de remodelar cómo operan las empresas en todos los niveles.
Para lograr esa transformación fundamental, el compromiso desde la cima es imprescindible. El cambio significativo no ocurre sin un liderazgo claro, y alguna responsabilidad debe sentarse directamente con el CEO. La escala de impacto es simplemente demasiado grande para que sea delegada o tratada como opcional.
Sin embargo, el liderazgo no puede simplemente respaldar la tecnología desde lejos. Los patrocinadores senior deben dar supervisión y desafiar a los equipos a pensar más, para apuntar a las mejoras de cambio de paso sobre las ganancias incrementales, y luego darles la libertad de explorar cómo llegan allí.
Hacer eso significa repensar formas establecidas de trabajar desde el nivel del suelo. Si los equipos siguen operando como siempre lo han hecho, obtendrán más de lo mismo. El progreso real, del tipo que desbloquea un valor completamente nuevo, provendrá de trabajar de manera diferente, con herramientas inteligentes en el núcleo de ese cambio.
Jefe de producto, IA en JetBrains.
Un enfoque personalizado para poseer resultados de IA
Ninguna persona o función debe reclamar la IA. Incrustarlo profundamente en una organización requiere un enfoque personalizado: cada negocio tiene su propio nivel de preparación y apetito por la implementación. No hay una fórmula única para el éxito.
Más allá del patrocinio del CEO, el progreso depende de una amplia participación en toda la organización. Con demasiada frecuencia, las empresas se distraen con los debates sobre la propiedad.
Pero el éxito no se trata de controlar la tecnología, se trata de ofrecer resultados significativos. No importa quién sea responsable de promulgar el cambio, si el cambio en sí no está impulsando el negocio.
Para hacer eso, la IA debe usarse para resolver desafíos comerciales reales, y esa información solo puede provenir de las personas que enfrentan todos los días.
El enfoque más efectivo es capacitar a los equipos de todo el negocio para que trabajen con estas herramientas de manera segura, con confianza y con objetivos claros en mente. Deberían poder liderar el ciclo de vida completo, desde ideas hasta implementación, y ser responsables del progreso.
Solo cuando la dirección de arriba hacia abajo se equilibra con la iniciativa de abajo hacia arriba puede empresas Desbloquear el verdadero valor de AI.
Incrustar la IA en el tejido de la organización
Ese equilibrio comienza con claridad de propósito. Cuando los equipos entienden cómo la IA puede contribuir directamente a los objetivos estratégicos de la organización, es más probable que lo adopten y lo adopten.
Las expectativas claras, los resultados medibles y el apoyo visible del liderazgo ayudan a desarrollar la confianza y el impulso requeridos para escalar las iniciativas de implementación.
Al mismo tiempo, las empresas deben crear un entorno donde se fomente la experimentación. Permitir que los equipos prueben, aprendan e iteraran rápidamente es esencial para descubrir lo más efectivo aplicaciones de ai.
Esta libertad de innovar, junto con la responsabilidad por la entrega de resultados reales, ayuda a garantizar que la tecnología no permanezca aislada en proyectos aislados, pero se incrusta en el tejido de una organización.
Una estrategia exitosa capacita a las personas y equipos en todas las funciones para identificar oportunidades para impulsar la eficiencia o desbloquear un nuevo valor por su cuenta.
Cuando todos sienten un sentido de propiedad sobre los resultados, en lugar de la tecnología en sí, el impacto se vuelve mucho mayor que cualquier iniciativa o departamento.
En última instancia, las organizaciones que prosperarán son aquellas dispuestas a repensar las jerarquías y flujos de trabajo tradicionales. Al combinar el liderazgo visionario con la responsabilidad distribuida, podrán aprovechar la IA no solo para optimizar los procesos existentes, sino para reinventar fundamentalmente cómo opera su negocio.
Construyendo una cultura lista para la IA
Crear una cultura donde la IA pueda prosperar es tan importante como cualquier inversión técnica. Las organizaciones deben asegurarse empleados Siéntete apoyado a medida que desarrollan nuevas habilidades y mentalidades para trabajar junto con sistemas inteligentes.
Esto requiere una capacitación específica, una comunicación clara y un compromiso con la desmitificación de la IA, por lo que se considera un facilitador en lugar de una amenaza.
Los líderes juegan un papel fundamental en la configuración del enfoque de una organización para la IA. Cuando caminan visiblemente las iniciativas de IA y comparten historias de éxito y fracaso, establecen el tono para una cultura de experimentación.
Celebrar victorias, como un producto acelerado por el aprendizaje automático o un proceso mejorado a través de la automatización, señales de que usar IA no solo es aceptable, sino esperado.
Pero a menudo es aún más poderoso cuando un líder reconoce abiertamente el fracaso. Cuando dicen: “Este experimento falló, no porque nos ejecutamos mal, sino porque esa es la naturaleza de la experimentación”, normalizan la toma de riesgos. En ciencia, batear por encima del 10% se considera excelente.
Entonces, si ejecutamos miles de experimentos con esa mentalidad, aterrizaremos en algunos grandes ganadores que compensan con creces el resto. Ese tipo de liderazgo ofrece a los equipos la seguridad psicológica para explorar, aprender y superar los límites.
Igualmente importante es reconocer que la implementación de IA no es única. Es un viaje continuo que evoluciona a medida que la tecnología avanza y las necesidades de las empresas cambian. Las organizaciones deben planificar el aprendizaje continuo, la iteración y la mejora, una mentalidad que asegura que la IA permanezca alineada con los objetivos estratégicos y continúe ofreciendo un valor a largo plazo.
El éxito con la IA se reduce a un compromiso compartido: el liderazgo que proporciona visión y patrocinio, equipos que se apropian de los resultados y la organización en su conjunto fomentando una cultura de curiosidad, responsabilidad e innovación.
Al centrarse en los resultados sobre la propiedad, las empresas pueden desbloquear el potencial transformador completo de la IA y mantenerse a la vanguardia en un panorama cada vez más competitivo.
Mantener este impulso requiere no solo una inversión consistente, sino también el coraje de cuestionar formas establecidas de trabajo e implacable ejecución de primera clase.
Exige que las organizaciones se mantengan adaptables, evalúen continuamente el progreso y adopten la mentalidad de que la transformación nunca ha terminado: siempre está evolucionando, dinámico y profundamente intencional.
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