La empresa que revolucionó la informática con Windows y la suite Office celebra medio siglo de existencia. A lo largo de su trayectoria, combinó aciertos estratégicos con etapas de estancamiento, sin que esto llegara a amenazar su posición dominante en el mundo digital.
Un ascenso sin innovación disruptiva, pero con estrategia
Aunque no siempre fue pionera en materia de innovación, Microsoft logró establecerse como actor central del ecosistema informático gracias a decisiones acertadas durante sus primeros veinte años. La compañía supo posicionarse con habilidad en un mercado naciente, marcando presencia en millones de computadoras personales alrededor del mundo. Incluso cuando llegaron los tropiezos y el estancamiento en los 2000, su liderazgo nunca se puso realmente en duda.
1975: el nacimiento de Micro-soft y el Basic como punto de partida
El 4 de abril de 1975, dos jóvenes entusiastas de la programación, Bill Gates (19 años) y Paul Allen (21), fundan “Micro-soft” —nombre que originalmente llevaba un guion—. En ese entonces, el primer ordenador de Apple aún no existía y la informática personal era un terreno inexplorado, reservado a unos pocos apasionados. Sin embargo, Gates y Allen vislumbraron el potencial que podrían tener estas máquinas en hogares y oficinas.
Su apuesta inicial fue adaptar el lenguaje de programación Basic —diseñado originalmente como una herramienta gratuita y sencilla para aprender a programar— a los primeros ordenadores personales. A diferencia del espíritu de sus creadores, la versión de Micro-soft era paga. Esto no impidió que se difundiera masivamente, en gran parte debido a su pirateo generalizado, algo que causó el descontento del propio Bill Gates en sus primeras declaraciones públicas.
Décadas de crecimiento, errores y renacimientos
Durante los años ochenta y noventa, Microsoft afianzó su hegemonía con el lanzamiento del sistema operativo Windows, que se convirtió en el estándar de facto en la mayoría de las PC del planeta. A esto se sumó la suite de productividad Office, que integraba Word, Excel y PowerPoint, posicionándose como indispensable tanto para el ámbito corporativo como educativo.
No obstante, con el cambio de siglo llegaron los desafíos. La empresa fue criticada por falta de innovación y por decisiones erradas, como el fracaso de su sistema operativo Windows Vista o la tardía incursión en el terreno de los smartphones, dominado entonces por Apple y Google. Pese a ello, Microsoft logró recuperarse gracias a la nube y a su estrategia de servicios corporativos, sobre todo con el crecimiento de Azure, su plataforma de computación en la nube.
Del software a los servicios: una empresa en evolución
Hoy, Microsoft ya no es solo una empresa de software. Su transformación hacia los servicios en la nube, la inteligencia artificial y los videojuegos, con la compra de gigantes como LinkedIn y Activision Blizzard, demuestra su capacidad de adaptación. Bajo el liderazgo de Satya Nadella desde 2014, la compañía dio un giro que le permitió volver al centro de la innovación tecnológica.
A sus 50 años, Microsoft representa una historia de longevidad y reinvención constante, marcada por una visión temprana del futuro digital, errores significativos, pero también una notable capacidad de aprendizaje y adaptación. En un mundo donde las tecnologías cambian a velocidad vertiginosa, la empresa sigue demostrando que puede mantenerse relevante y competitiva.