En el mundo de los productos de consumo, la lógica general dictaría que en una variedad de dispositivos, desde costosas unidades emblemáticas hasta productos de precio razonable, uno esperaría que estos últimos se vendieran mejor que los primeros.

Los productos de mayor precio suelen considerarse aspiracionales y llamativos, y sirven más como un medio para atraer a la gente a comprar productos de la gama en lugar de adquirir el modelo de gama más alta. Tomemos como ejemplo al fabricante de automóviles Porsche: el 911 es su automóvil deportivo icónico, pero en 2024 la marca vendió más modelos Cayenne y Macan más baratos. Lo mismo ocurre con Tesla: su Model Y vende mucho más que su buque insignia, el Model S.



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