Tatiana Schlossberg, nieta de John F. Kennedy, reveló que le diagnosticaron un cáncer terminal y le dijeron que le quedaba menos de un año de vida. La periodista y escritora medioambiental de 35 años compartió la noticia en un ensayo profundamente personal publicado en The New Yorker, detallando su batalla contra la leucemia mieloide aguda y el devastador cronograma que le dieron sus médicos.
Tatiana Schlossberg comparte cómo se enteró de su raro y agresivo cáncer
En su artículo, Schlossberg describió cómo se enteró de su diagnóstico en mayo de 2024, cuando los médicos notaron un aumento anormal en su recuento de glóbulos blancos después del nacimiento de su hija. Lo que inicialmente parecía ser un trastorno relacionado con el embarazo resultó ser una leucemia mieloide aguda relacionada con una rara mutación llamada Inversión 3.Los médicos le dijeron a Schlossberg que no se podía curar con el tratamiento estándar. Le informaron que necesitaría meses de quimioterapia seguidos de un trasplante de médula ósea. Aunque se sentía sano y activo, de repente se encontró ante una situación que amenazaba su vida.Schlossberg pasó cinco semanas en el Hospital Columbia-Presbyterian antes de ser trasladado al Memorial Sloan Kettering, donde se sometió a una intensa quimioterapia. A principios de este año, participó en un ensayo clínico de terapia con células CAR-T, una forma avanzada de inmunoterapia. Más tarde supo por su médico que le quedaba menos de un año de vida.Schlossberg escribió sobre el tremendo apoyo que recibió de su esposo, George Moran, y de sus padres y hermanos. Su marido gestionaba las comunicaciones con los médicos y las compañías de seguros y dormía en el suelo del hospital para quedarse con ella.Sus padres, Caroline Kennedy y Edwin Schlossberg, junto con sus hermanos Rose y Jack, cuidaron a su hijo pequeño y estuvieron con él durante numerosas estancias en el hospital. Aunque Schlossberg sintió el peso emocional de su dolor, describió su devoción inquebrantable como un regalo profundo.Schlossberg expresó la dificultad de aceptar su diagnóstico de joven madre activa de dos niños pequeños. Intentó permanecer allí para ellos, escribió, pero a menudo se encontraba a la deriva entre los recuerdos y la dura realidad de su enfermedad.Su ensayo termina con una reflexión agridulce sobre la familia, la vulnerabilidad y la lucha por encontrar la paz con un destino que no puede cambiar.







