Informe: La decisión de asumir las tareas de dirección de jugadas de Brian Callahan “probablemente” provino de los propietarios de los Titans

El ex entrenador de los Titans, Brian Callahan, probablemente no debería haberse sorprendido de que lo despidieran. Según un nuevo informe de Terry McCormick de TitanInsider.com, Callahan probablemente debería haberlo visto venir.
McCormick informa que la decisión de eliminar las tareas de Callahan para mandar jugadas y pasárselas al entrenador de mariscales de campo Bo Hargrado después de una derrota de la Semana 3 ante los Colts probablemente vino de la propietaria Amy Adams Strunk.
Según el informe, muchos miembros del cuerpo técnico creen que la decisión no fue tomada por Callahan, sino que vino del presidente de operaciones de fútbol Chad Brinker y del gerente general Mike Borgonzi, con el mensaje que les dio la propiedad para que esto sucediera.
Por un lado, Strunk (como todos los propietarios) tiene la capacidad de tomar las decisiones que quiera. Por otro lado, los mejores propietarios confían en su gente de fútbol para tomar las decisiones futbolísticas. Los propietarios que no son los mejores se entrometen donde posiblemente no deberían.
Pero, desgraciadamente, los equipos disfuncionales hacen cosas disfuncionales. Mire el lunes, cuando los Titans anunciaron el despido de Callahan y luego retrasaron por horas el nombramiento de un entrenador en jefe interino. Mientras tanto, el tiempo avanzaba hacia el regreso del ex entrenador de los Titans, Mike Vrabel, a Nashville, con un equipo de los Patriots que ha ganado tantos juegos hasta la Semana 6 como los Titans han ganado en 23 juegos desde que despidieron a Vrabel.
La situación sirve como un recordatorio renovado para los candidatos a entrenador en jefe que consideran aceptar un empleo en franquicias que tienen un historial de decisiones curiosas. Mire cómo se ha comportado la propiedad. Considere cómo han sido tratados los entrenadores anteriores. Deje de lado sus ambiciones y plantéese la difícil pregunta de si, tarde o temprano, será usted el próximo en estar en el lado equivocado de una toma de decisiones disfuncional.
Si bien la rescisión es buena, los mejores entrenadores harían bien en esperar a que se abran los puestos adecuados y ser pragmáticos acerca de los riesgos asociados con un equipo que tiene una puerta giratoria bien engrasada.