Hungría retrasa el voto sobre la ‘ley de transparencia’ dirigida a las ONG y los medios de comunicación financiados por el extranjero hasta el otoño

PorSLE
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El gobernante Partido Fidesz de Hungría ha pospuesto un debate parlamentario y votó un proyecto de ley controvertido con el objetivo de limitar la financiación extranjera de organizaciones de medios y ONG, dijo el líder parlamentario del partido.
Un legislador del partido del primer ministro Viktor Orban presentó el mes pasado un proyecto de ley titulado “Transparencia en la vida pública” que permitiría al gobierno monitorear, restringir, penalizar y prohibir los medios de comunicación y las ONG que considera una amenaza para la soberanía del país.
El borrador de la legislación ha provocado protestas callejeras masivas, críticas de grupos de derechos y advertencias de la Comisión Europea y el Consejo de Europa. El mes pasado, la Comisión exigió que el proyecto de ley se retirara del proceso legislativo.
El proyecto de ley, que los críticos han comparado con la ley de “agente extranjero” de Rusia, originalmente se votaron a mediados de junio y se esperaba que se aprobara como Fidesz posee una mayoría de dos tercios.
Sin embargo, el parlamentario de Fidesz, Máté Kocsis, dijo que había un debate dentro del partido sobre el cual “los instrumentos legales deben usarse para proteger la soberanía” bajo la legislación.
El borrador de la ley había recibido muchas propuestas en las últimas semanas, incluso de la Asociación Bancaria Húngara, la Asociación de Publicidad Húngara, la Oficina del Presidente de la República, la Asociación de Abogados Húngaros y la Asociación Húngara de Editores de Periódicos, según Kocsis.
“No se tomará una decisión sobre el asunto antes del verano. El Parlamento no votará al respecto”, dijo.
Hungría bajo Orbán ha promulgado durante años las represiones en las ONG y los medios independientes, aprobando leyes que los críticos argumentan que buscan estigmatizar e obstaculizar a los grupos que brindan protección a las mujeres y las minorías, ofrecen asistencia legal y de derechos humanos, y exponer la corrupción oficial.
Esos esfuerzos aumentaron en 2023 cuando el gobierno de derecha de Orbán lanzó la Oficina de Protección de Soberanía, una autoridad encargada de investigar organizaciones y medios de comunicación que considera que ejerce influencia extranjera.
Orbán, quien muestra las encuestas enfrenta el mayor desafío hasta su poder en las elecciones establecidas el próximo año, ha afirmado que los intereses extranjeros, principalmente originados en los Estados Unidos y en la vecina Ucrania, han tratado de usar medios independientes y los vigilantes anticorrupción en Hungría para influir en la opinión pública con el objetivo de la ruptura.
Dichas organizaciones han negado fuertemente tales afirmaciones y han argumentado que el trabajo que realizan se realiza a los estándares profesionales y en interés público.
El proyecto de ley presentado el mes pasado describe una definición amplia de lo que constituye una amenaza para la soberanía.
Las organizaciones podrían ser atacadas si se oponen o retratan negativamente valores como el carácter democrático de Hungría, la unidad nacional, las estructuras familiares tradicionales o la cultura cristiana, lo que sugiere que incluso las críticas legítimas de la política gubernamental podrían tratarse como una amenaza de seguridad nacional.