Ex primer ministro británico Liz Jaula Condenó un ensayo clínico recientemente aprobado por el NHS que proporcionaría bloqueadores de la pubertad a niños de 10 años, calificando la medida de “mala” y acusando al servicio de salud de revivir lo que describió como “ideología transgénero peligrosa”. Sus comentarios se producen mientras el NHS se prepara para lanzar un estudio de varios millones de libras que probará los supresores de la pubertad en personas menores de 16 años por primera vez desde que se prohibió su uso rutinario en 2024.
Liz Truss califica la demanda como dañina e ideológica
Truss criticó la decisión, argumentando que exponer a los niños a intervenciones médicas experimentales equivalía a un “daño sancionado por el estado”. Permitir que niños de 10 años tomaran bloqueadores de la pubertad era “insostenible”, afirmó, añadiendo que el estudio reflejaba el regreso de “la ideología que causó tanto daño en Tavistock”.Truss sostiene que el caso del NHS representa una falta de aprendizaje de los errores del pasado. Sostiene que el colapso del Servicio de Desarrollo de Identidad de Género de Tavistock por preocupaciones de tratamiento apresurado, protección deficiente y evidencia insuficiente debería llevar a que se suspendan por completo las intervenciones médicas para niños, en lugar de reiniciarlas mediante ensayos de investigación.Sostiene que la pubertad es un proceso de desarrollo natural que no debe verse interrumpido por cuestiones no resueltas, especialmente sobre los efectos de las drogas sobre la salud ósea, la fertilidad y el desarrollo del cerebro. En su opinión, el Estado tiene el deber de proteger a los menores de tratamientos que considera no probados y potencialmente dañinos, y cree que el nuevo ensayo corre el riesgo de repetir un sistema que prioriza la ideología sobre el bienestar infantil.
El caso del NHS reaviva un acalorado debate protección infantil
En el nuevo Pathways Trial participarán aproximadamente entre 220 y 226 niños de entre 10 y 15 años, todos los cuales ya están cubiertos por los servicios de género del NHS y han sido diagnosticados con no conformidad de género durante al menos dos años. El estudio tiene como objetivo evaluar los efectos psicológicos, cognitivos y físicos de los bloqueadores de la pubertad, incluidos sus efectos sobre la densidad ósea, el desarrollo del cerebro, la fertilidad y la salud mental.Los participantes serán asignados aleatoriamente para comenzar a tomar el medicamento inmediatamente o después de un retraso de un año, con una estrecha vigilancia durante los dos años del programa. El NHS dice que el ensayo es necesario para llenar los principales vacíos de evidencia identificados por Cass Review, que encontró evidencia “insuficiente e inconsistente” de que los bloqueadores de la pubertad brindan beneficios significativos.Según Truss, el nuevo caso señala un retorno a prácticas que anteriormente planteaban serias preocupaciones de conservación. Sostiene que hasta que no se disponga de evidencia a largo plazo, los niños no deberían estar expuestos a intervenciones médicas con efectos inciertos sobre la salud ósea, la fertilidad y el desarrollo del cerebro. Pero el NHS sostiene que un ensayo controlado y monitoreado de cerca es la única manera de responder a estas preguntas no resueltas, especialmente después de que Cass Review reveló importantes lagunas en la evidencia. Si bien el NHS insiste en que se necesita una investigación rigurosa para guiar las políticas futuras, Truss cree que proteger a los niños de posibles daños debería tener prioridad sobre la recopilación de nuevos datos.













