Bryan Johnson no puede abrirse camino biológicamente hacia la vida eterna: ¿Qué dice la Biblia?

El biohacker y capitalista de riesgo Bryan Johnson dijo recientemente que cree que la existencia es la “virtud más elevada” y afirmó que la generación actual podría ser la última en morir.

Estos puntos de vista, basados ​​en la creencia de que no hay nada después de esta vida, contradicen las Escrituras.

Johnson, que ahora tiene 48 años, creció como parte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero finalmente abandonó su educación religiosa y abrazó la idea de que nada viene después de la vida en la tierra; Este cambio ideológico lo llevó a abrazar la visión de que la existencia es la mayor virtud de la humanidad.

A principios de este mes, Jubilee “Rodeado“, donde discutió con 20 personas que eran escépticas de su visión del mundo. Desafortunadamente, ninguno de los escépticos que lo rodeaban tenía una respuesta centrada en la Biblia a sus afirmaciones.

Entonces hicimos exactamente esto:

La mayor virtud no es la existencia en absoluto; esto es amor

En 1 Corintios 13:13, el apóstol Pablo escribió: “Y ahora quedan estos tres: la fe, la esperanza y el amor. Pero el mayor de ellos es el amor” (NVI).

Más tarde, en Juan 15:12-13, Jesús dijo: “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este: dar la vida por los amigos” (NVI).

Jesús no nos llamó a protegernos a nosotros mismos ante todo. Nos llama a entregarnos, incluso hasta la muerte, por el bien de los demás. Así, por ejemplo, Pablo instruyó a los maridos en Efesios 5:25: “Amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (NVI).

El amor no se trata de autoconservación; El amor se trata de sacrificio y entrega de uno mismo.

En cuanto a la inmortalidad, Johnson cree que los humanos de alguna manera pueden idear un camino hacia la vida eterna. Pero las Escrituras nos enseñan que la muerte no es un error en el sistema biológico; es el resultado de nuestro propio pecado.

Romanos 6:23 dice: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (NVI).

No podemos vencer a la muerte con nuestra fuerza de voluntad o con la ciencia porque la muerte no es un problema biológico, sino un problema fundamentalmente espiritual.

Sólo una persona ha estado alguna vez en la brecha entre la humanidad y la muerte, y esa fue Jesucristo, quien murió y resucitó tres días después para darnos algo que nunca podríamos obtener y que la ciencia nunca podría descubrir o resolver. La inmortalidad no es algo que entendamos; es algo que recibimos como regalo (Juan 3:16).

La vida eterna no proviene de la tecnología. No viene del laboratorio. Viene de la cruz.

Mire el video de arriba para ver la respuesta completa de Bryan Johnson.

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