La medicina prospera en la estructura. Los protocolos, directrices y estándares protegen los resultados de los pacientes y reducen los errores. Sin embargo, la misma estructura que mantiene la coherencia puede suprimir silenciosamente la creatividad.
Para los médicos que sueñan con mejorar los sistemas, innovar dentro de marcos tan estrictos puede parecer como intentar trabajar dentro de una caja. Pero la estructura y la creatividad no tienen por qué ser opuestas. A menudo, la lucha es cómo despertar la creatividad en un sistema diseñado para la seguridad.
La respuesta adecuada no es abandonar la estructura, sino diseñar innovación dentro de ella. El verdadero desafío es aprender a innovar dentro de límites, utilizando las pautas del sistema para hacerlo, para guiarnos y no limitar nuestro pensamiento.
A continuación presentamos seis estrategias para ayudar a los médicos a dar rienda suelta a la creatividad, incluso en entornos altamente estructurados.
- Vea las reglas como pautas: Muchos médicos ven las regulaciones como barreras. Pero, en realidad, estos marcos pueden servir como pautas que garanticen que su innovación sea segura. Los métodos de mejora de la calidad, como los ciclos planificar-hacer-estudiar-actuar (PDSA), están diseñados específicamente para este propósito, permitiendo pruebas de cambio pequeñas y controladas que protegen a los pacientes a medida que se desarrolla la práctica. Cuando vemos el cumplimiento como pautas en lugar de limitaciones, nos permite desafiarnos a nosotros mismos y explorar la innovación de manera responsable.
- Celebre las pequeñas innovaciones cotidianas: La innovación en el sector sanitario no tiene por qué tener una idea inicial o un dispositivo sofisticado. A menudo ocurre silenciosamente, del mismo modo que un médico reorganiza las rondas para mejorar el flujo, desarrolla una nueva plantilla para reducir el tiempo de documentación o guía a un colega junior a través de un caso difícil. Estas pequeñas innovaciones, cuando se repiten y comparten, se suman para crear una transformación significativa. Cada acto creativo, por pequeño que sea, es parte de tu innovación continua.
- Utilice el pensamiento de diseño para reinventar la atención: El pensamiento de diseño es un marco que se centra en la empatía, la colaboración y la creación rápida de prototipos. Su aplicación en la atención sanitaria anima a los médicos a detenerse y preguntarse: “¿Qué siente realmente el paciente? ¿Cuáles son sus puntos débiles?”. A veces hacemos esto sin siquiera darnos cuenta. Además, incorporar voces diversas, como enfermeras, farmacéuticos, pacientes y personal de TI al proceso de diseño, abre perspectivas que solo los médicos pueden pasar por alto. Transforma la innovación de un esfuerzo individual a un esfuerzo de equipo.
- Construir seguridad psicológica en torno a la experimentación: La innovación no puede prosperar bajo el miedo. Los equipos deben sentirse seguros para hacer preguntas, realizar pruebas y, en ocasiones, fallar sin consecuencias. La investigación de Amy Edmondson sobre seguridad psicológica muestra que los equipos se desempeñan mejor cuando los individuos creen que pueden expresar sus opiniones y asumir riesgos con impunidad (Edmondson, 1999). En medicina, esto significa pasar de una cultura de la culpa a una cultura del aprendizaje, celebrando tanto la curiosidad como el cumplimiento.
- Haga un uso cuidadoso de la tecnología: La inteligencia artificial y la automatización tienen un potencial asombroso, pero la tecnología por sí sola no es innovación. La verdadera innovación radica en cómo los humanos implementan y dan forma creativamente a su uso en el entorno clínico, asegurando que las herramientas digitales mejoren, en lugar de reemplazar, el pensamiento clínico y avancen en la función clínica. Los médicos deben seguir siendo participantes activos en el diseño, garantizando equidad, transparencia y centrado en el paciente en cada avance tecnológico.
- Integrar la innovación en las medidas de desempeño: En la mayoría de los entornos profesionales, lo que se mide es lo que en última instancia impulsa el comportamiento. En otras palabras, lo que se mide estimula y lo que se ignora silenciosamente se desvanece. Si los médicos son evaluados sólo por el cumplimiento y el número de pacientes atendidos por turno, la innovación siempre parecerá secundaria. Imagínese si las métricas de desempeño incluyeran ideas probadas, mejoras en los procesos implementadas o comentarios sobre la experiencia del paciente utilizados en el rediseño. Cuando la curiosidad se convierte en parte de lo que se recompensa, la creatividad deja de ser una actividad extracurricular para convertirse en una expectativa.
Además, la verdadera innovación en medicina no significa desafiar la estructura, sino más bien remodelar la forma en que trabajamos dentro de ella. Los médicos son los guardianes y creadores dentro del sistema. Al cultivar la curiosidad, la empatía y el coraje dentro de los sistemas en los que ya trabajamos, pasamos de ser trabajadores a ser innovadores, todo en beneficio de las personas a las que servimos.
Cuando la construcción se encuentra con la imaginación, la medicina evoluciona, y nosotros también.
Galeno Jacobo Es médico y empresario.















