A lo largo de nuestra vida, sin duda lamentaremos personas, experiencias y versiones de nosotros mismos. Karen Haddadan, autora de bestsellers La belleza está en la quietud, Habla de cómo la luz de Dios continúa llenándonos (incluso en momentos de oscuridad).

También lucharemos con nuestra salud, nuestras finanzas, nuestros trabajos o nuestras relaciones, porque son una parte de nuestra existencia humana que seguirá siendo parte de la fórmula de la vida. Pero incluso en las circunstancias más oscuras, todavía hay esperanza real, lo que nos permite dar un paso adelante cada día.

Por el gran amor del Señor no somos consumidos, porque sus misericordias nunca fallan. Es nuevo cada mañana. Grande es tu fidelidad.

Lamentaciones 3:22-23

Cuando sufrimos, tendemos a dejarnos consumir por ello. Se convierte en todo en lo que pensamos, en todo en lo que gastamos nuestra energía, en todo en lo que nos concentramos y a lo que dedicamos tiempo. El dolor puede convertirse en nuestra identidad, nublando nuestra mente y nublando nuestros ojos.

Pero lo que debemos recordar es la renovación diaria de las misericordias de Dios: cada mañana que nos despertamos es evidencia de que Dios aún no ha completado la obra maestra de nuestras vidas. Nos da otra oportunidad, otra oportunidad. Ofrece la esperanza de que el dolor que sentimos algún día pronto se transforme en algo mayor, con un propósito.

La Biblia nos dice: “Debido al gran amor del Señor no somos consumidos”; en lugar de ser consumidos por los desafíos, debemos sumergirnos en algo más profundo: Su amor. Porque la única constante en la vida es que Su amor por ti nunca flaquea, a pesar de las circunstancias cambiantes. Sus misericordias nunca fallan. Son nuevos cada mañana.

¿Cómo podemos reconocer estas nuevas misericordias cada día? Cada vez que tu corazón se abre un poco, ya sea a través de la risa, una conversación con un extraño, una pequeña bendición o haciendo algo que te trae alegría, nótalo. Esos son los momentos en los que Dios dice: “Mira, todo mejorará”. Grande es mi devoción por ti.



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