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Hollywood ha celebrado durante mucho tiempo el género de acción y venganza, desde Kill Bill y Taken hasta Gladiator; franquicias modernas como John Wick han alimentado la moda. Sisu entró silenciosamente en la arena en 2022 y ahora regresa con una secuela que se apoya completamente en su mito de héroe indomable.Jorma Tomila retoma su papel de Atami Korpi, un soldado amargado cuya familia entera ha sido traicionada por el malvado oficial soviético Igor Draganov (Esteban Lang) La misión de Korpi es simple pero profunda: reconstruir su hogar en Finlandia. Pero antes de llegar allí, Draganov despliega toda la fuerza de soldados rebeldes para eliminarlo, solo para encontrarse con un hombre que se niega a morir.Guionista-director Jalmari Helander La película no pierde el tiempo sumergiéndose en la acción. La historia comienza cuando Korpi desmantela los restos de su casa y lleva la madera al otro lado de la frontera. Pronto, es atrapado por los hombres de Dragonov, comenzando una persecución sangrienta que rara vez cesa. Lo que podría haber sido un viaje de acción sin sentido se vuelve sorprendentemente convincente a medida que la película fundamenta la ira de Corpy: su deseo de reconstrucción, recuperación y venganza le da un propósito a cada muerte.El combate es implacable e innovador. Los ataques provienen de tierra, aire y agua, y cada secuencia ofrece nueva brutalidad e ingenio a sangre fría. La película a menudo cae en el absurdo, pero está tan comprometida con su propia leyenda que el exceso se convierte en parte de la diversión. Es una película de venganza despojada hasta los huesos y congelada en el oscuro desierto del norte.Tomila es magnífica como la guerrera desgastada por la batalla, casi silenciosa, cuya determinación habla más que cualquier diálogo. Su físico impulsa la película. Mientras tanto, Stephen Lang, en su papel de antagonista inquebrantable, aporta una escalofriante imprevisibilidad que mantiene mucho en juego. Sus enfrentamientos anclan la narrativa con ferocidad y presencia.La estructura basada en capítulos mantiene el ritmo ajustado y la cinematografía de Mika Orasma captura la cruda belleza y la silenciosa amenaza del paisaje nórdico, dándole a la película una identidad visual inquietante.En general, esta secuela casi nunca se ralentiza. Es una historia de venganza escalofriante, violenta y profundamente satisfactoria que presenta adrenalina, espectáculo y un héroe al que no puedes evitar apoyar. Una continuación brutal y entretenida del mito de Korpi.












