Historia: Después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados organizaron los famosos juicios de Nuremberg para llevar ante la justicia a los criminales de guerra nazis. Psiquiatra Douglas Kelly (Rami Malek), Hermann Göring (encargado de evaluar si nazis de alto rango comoRussell Crowe) apto para ser juzgado. Mientras Goring oscila entre la valentía y la vulnerabilidad, Kelly navega por Bond, la traición y un drama judicial que busca definir la responsabilidad por lo indescriptible.Revisar: La película comienza en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial con una línea inquietante en la pantalla: “Para los que lo vivieron y para los que no”. A partir de ahí nunca pierde de vista su propósito. Tiene una gran relevancia en los puntos álgidos geopolíticos actuales, donde la guerra hace estragos, el poder sigue sin control y la justicia sigue siendo un ideal esquivo. Al mantener el telón sobre lo que los nazis describieron como la “Solución Final” (de la cuestión judía), la narrativa se niega a ceder.En lugar de centrarse en el omnipresente nombre de Adolf Hitler, la atención se centra bruscamente en Hermann Göring (Russell Crowe), el segundo al mando, cuyo engreído narcisismo, adicción a los opioides (supuestamente 40 pastillas al día) y bravuconería barrigón se sienten inquietantemente cómodos con la idea de la muerte y el juicio; Oculta su abismo tembloroso. Crowe es dueño de cada fotograma y ofrece una actuación de magnetismo. La descripción de cómo un villano puede hipnotizar sigue siendo una clase magistral.Por el contrario, el personaje de Rami Malek, Douglas Kelly, proporciona el ancla. La extraña relación que se desarrolla entre los dos hombres se convierte en el corazón de la película. Juegan al gato y al ratón con alma, fama y psicología cruda. Elenco de reparto Michael Shannon El indomable Robert H. Jackson, Leo Woodall como el sargento Howie Trieste y Richard E. como Sir David Maxwell Fife. Conceder. En conjunto, todos contribuyen a niveles de entusiasmo e introspección.Visual y técnicamente, la película es rica: desde escenarios carcelarios que parecen opresivos y reales, hasta elaborados trajes y texturas que reflejan la Alemania devastada por la guerra, la época se convierte en un personaje en sí misma. Te transporta por completo, mientras que la arquitectura, los uniformes y los cortes de pelo lo dicen todo. Las escenas que representan las secuelas de la atrocidad se manejan con moderación. Son dominantes, pero no indulgentes.Uno se pregunta qué impulsó a estos hombres a cometer actos tan atroces, y la película proporciona suficiente información psicológica para mantener viva esa pregunta. Sin embargo, a pesar de toda su ambición, la película no está exenta de defectos. El juicio, que se espera que domine la narrativa, parece casi ineficaz. Se queda corto en un segundo acto que hace tantas promesas y luego se retira. El ritmo se coloca en su lugar, lo que hace que el agarre se afloje.Sin embargo, a pesar de toda su oscuridad, Núremberg Queda una película de rara gravedad. El director y escritor James Vanderbilt ha creado una fascinante obra de cine que es inteligente, inmersiva e incómodamente reflexiva. Puede que no reinvente el drama judicial, pero sí nos recuerda por qué la historia es importante, no sólo históricamente sino en nuestro tiempo. Crowe, Malek y compañía entregan con convicción, el diseño es inmersivo y el mensaje resuena. Ver este juicio no es sólo presenciar la historia, es confrontar nuestra propia capacidad para el mal y el frágil andamiaje de la justicia.



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