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Jean Paul Gaultier: Prêt-à-porter SS26

Tal vez la gente haya olvidado lo impactante Jean-Paul Gaultier ¿era? No por nada le llamaban enfant terrible y por eso cuando Durán Lantink envió un mono, estampado con un cuerpo masculino peludo, desnudo y frontal, parecía que estaba canalizando la irreverencia y la picardía inherentes de la marca que ahora dirige. Su espectáculo debut, lleno de sobresaltos, emociones y atrevidas manipulaciones de siluetas, fue presentado con gran convicción y provocó lágrimas de felicidad en el JPG, que lo observaba desde la primera fila.

Lantink preparó el escenario. Caminamos a través de una habitación llena de restos de fiestas para llegar al espacio de exhibición del sótano en el cavernoso e industrial vientre de la fundación Jacques Chirac. Allí, el nuevo equipo Gaultier de Lantink acechaba por sus pasillos iluminados como ravers felices que se dirigían a la pista de baile.

En lugar de profundizar en el archivo, Lantink trabajó en sus primeros recuerdos de la marca. Tuvo un interés precoz por la moda desde una edad temprana y una vez usó un top transparente de Gaultier con Ganesh impreso en la escuela. Nunca olvidó lo empoderado que le hizo sentir, y esa era la emoción que quería transmitir con su debut.

¿También en su mente? Imágenes de clubbers vistiendo la línea Junior Gaultier en un libro fundamental del fotógrafo holandés Cleo Campert, El archivo RoXY, 1988-1999.

Llamó al programa Junior en honor a esa línea de difusión fundamental, introduciéndose en el ambiente club/streetwear y sesgando el tildar de joven y hedonista.

El espectáculo comenzó con un catsuit de terciopelo naranja con senos neumáticos de diosa de la fertilidad, la versión de Lantink de los infames vestidos con sujetador cónico de Gaultier. Bodys de corte alto usados ​​tanto por hombres como por mujeres, tops con tatuajes en 3D, gabardinas con el abdomen descubierto, bodys y bikinis con rayas bretonas, así como tops y culottes ciclistas con el logotipo de Junior Gaultier al ritmo del cancionero distintivo de la marca. Se mezclaron con piezas esculturales acolchadas o con alambre: los experimentos de Lantink con la silueta y la forma no están, dice, diseñados para cambiar el cuerpo sino la prenda. Los dobladillos de alambre se levantaron para revelar bragas de rayas bretonas, los pantalones colgaban de un cinturón en la cintura y descendían dramáticamente para exponer los huesos de la cadera. Estos looks no son para todos, pero tienen una energía renegada e irreverente que es imposible de negar.

Fotografía cortesía de Jean Paul Gaultier.

jeanpaulgaultier.com



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