La trayectoria de cero emisiones de la Unión Europea parece ir por buen camino

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Desglosando el contenido del tremendamente detallado informe del ICCT
Desde LimpiezaTécnica está en Europa por un tiempo, nos propusimos ver cómo es el panorama de los vehículos eléctricos y al mismo tiempo recopilar información de primera mano sobre algunos de los lugares visitados. Hemos publicado varios informes que cubren Alemania y Bélgica. Entonces este artículo con una consulta convincente: ¿Está la industria automovilística europea cavando su propia tumba?
El compromiso de la Unión Europea de lograr una reducción de las emisiones de CO2 de toda la flota de turismos nuevos para 2035 representa uno de los objetivos climáticos más ambiciosos del mundo para el sector del transporte.
Este análisis se basa en los hallazgos de la publicación de septiembre de 2025, Verificación de la transición a los vehículos eléctricos: medir el progreso hacia la emisión cero de los turismos en la Unión Europea preparado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT).
El informe es una evaluación crítica basada en datos que informará el próximo Informe de Progreso de la Comisión Europea sobre los estándares de emisiones de CO2 (Reglamento 2019/631), que establece objetivos de una reducción de CO2 del 55% para 2030 y una reducción del 100% para 2035.
Los hallazgos revelan una transición con un impulso sustancial impulsado por una fuerte regulación y la innovación tecnológica, pero que aún enfrenta desafíos críticos relacionados con garantizar la asequibilidad, asegurar las cadenas de suministro industriales y ejecutar un cambio masivo de fuerza laboral.
Impulso del mercado y cumplimiento normativo
Los estándares de desempeño de CO2 de la UE están demostrando ser efectivos y actúan como el principal catalizador para la transformación del mercado. El informe señala que desde su introducción en 2009, las emisiones oficiales de CO2 de los turismos nuevos han disminuido una media de 4,7 g/km al año. En el primer semestre de 2025, el nivel promedio de CO2 de la flota ya había disminuido 8 g/km año tras año, lo que ilustra un progreso acelerado en un año objetivo.
Los fabricantes de automóviles están aprovechando los vehículos eléctricos (EV), definidos como vehículos eléctricos de batería (BEV) y vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV), para cumplir con sus obligaciones de cumplimiento. En el primer semestre de 2025, los BEV representaron una cuota del 17% de las matriculaciones de turismos y furgonetas nuevas en Europa, el nivel más alto registrado.
Fundamentalmente, los principales grupos de fabricantes como BMW, Kia y Mercedes-Volvo-Polestar ya cumplían o se acercaban a sus agresivos objetivos de CO2 para 2025-2027, lo que destaca la necesidad estratégica de la electrificación para la viabilidad corporativa. Si bien Alemania y Francia demuestran tasas de adopción sólidas (18% de participación de BEV cada uno), el ritmo de la transición sigue siendo desigual, con Italia (5%) y España (8%) rezagadas en la participación general del mercado a pesar del rápido crecimiento reciente. Esto sugiere que los incentivos y sistemas de apoyo a nivel nacional son cruciales para complementar el impulso regulatorio a nivel de la UE.
El caso económico y la asequibilidad
Para los consumidores, el argumento económico para cambiar a la electricidad ya es convincente, en gran medida debido a los ahorros operativos. El informe calcula que los BEV son el sistema de propulsión más barato de operar, con un coste medio estimado de electricidad de sólo 7,43 euros por 100 km. Esto se compara favorablemente con los ICEV diésel, que cuestan 8,60 € por 100 km, y es sustancialmente más barato que los ICEV de gasolina, que cuestan 11,02 € por 100 km. Esta ventaja de costes se basa en la eficiencia energética superior de los BEV, que consumen sólo 0,73 MJ/km en comparación con los 2,07 MJ/km de los vehículos de combustión.
Los costos de adquisición, tradicionalmente la principal barrera, se están erosionando constantemente por la caída de los precios de las baterías y la mayor disponibilidad de modelos. El precio medio mundial de los paquetes de baterías de iones de litio se ha desplomado un 84% durante la última década. Esto está contribuyendo directamente a un aumento de opciones asequibles: el número de modelos BEV con precios inferiores a 30.000 euros disponibles en la UE se ha multiplicado por más de diez, de sólo dos modelos en 2020 a 21 modelos en varios segmentos en 2025.
Además, el mercado de vehículos eléctricos de segunda mano está mostrando un fuerte crecimiento (por ejemplo, un crecimiento interanual del 40% en Francia), lo que proporciona una vía vital para que los hogares de ingresos bajos y medios accedan a una movilidad sin emisiones, a pesar de tasas de depreciación inicial más altas en comparación con los automóviles convencionales.
Imperativo climático
Desde una perspectiva ambiental y de salud, la transición a los BEV es indispensable. Un análisis de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante el ciclo de vida confirma la ventaja definitiva de la tecnología eléctrica de baterías. Se estima que los BEV vendidos hoy, impulsados por una red eléctrica de la UE cada vez más descarbonizada, logran una reducción del 73% en las emisiones de GEI durante su ciclo de vida en comparación con los ICEV de gasolina convencionales.
Este beneficio se ve agravado por el aumento previsto de la energía renovable, que se espera que represente el 71% de la generación de electricidad de la UE en 2030, lo que reducirá aún más la huella de carbono del BEV a lo largo de su vida útil.
Por el contrario, los vehículos eléctricos híbridos (HEV) y los PHEV, que dependen en gran medida de combustibles fósiles, ofrecen reducciones de GEI en su ciclo de vida significativamente menores (20% y 30% respectivamente). De manera crítica, el informe destaca el problema generalizado de la brecha en el mundo real para los PHEV, donde se encontró que el consumo real de combustible para los modelos 2023 era casi cuatro veces (386%) mayor que los valores de prueba oficiales, lo que socava los beneficios climáticos previstos.
Dividendos de salud pública
El hallazgo más convincente se relaciona con la salud pública. Se prevé que los estándares de CO2 para 2025-2035 generen profundos beneficios para la salud pública, específicamente 42.600 muertes prematuras evitadas y 540.000 años de vida ganados en la UE entre 2021 y 2050 debido a la reducción de las emisiones de los tubos de escape. Además, se ha descubierto que los BEV tienen menores emisiones de partículas (PM) fuera del escape (alrededor de un 20% menos para PM2.5) gracias al frenado regenerativo, lo que confirma que la electrificación total ofrece el máximo dividendo en calidad del aire.
Infraestructura y resiliencia de la red
Una medida clave de preparación es el despliegue de infraestructura de carga. En este frente, la UE ha demostrado grandes avances. Con más de 1 millón de cargadores públicos instalados y 44 GW de producción de energía en julio de 2025, el estado miembro promedio de la UE ha superado su actual objetivo de producción de energía del Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR) en un factor de 3,7. La tasa de crecimiento general es del 63% anual para la producción de energía instalada, superando con creces el 13% requerido hasta 2035.
La integración con la red eléctrica es primordial. Los vehículos eléctricos se consideran un activo de carga flexible que, a través de la carga inteligente, puede ayudar a integrar la energía renovable y minimizar la necesidad de un costoso refuerzo de la red. El informe proporciona evidencia de que un escenario de carga gestionada del 10% del vehículo a la red (V2G) podría dar como resultado una disminución del 9% en la carga de energía máxima y una disminución del 59% en las necesidades de refuerzo de las unidades de subestación en un estudio de caso francés. Se están logrando avances en los habilitadores de esta tecnología: la implementación de medidores inteligentes alcanza el 63% en toda la UE y las tarifas inteligentes relacionadas con vehículos eléctricos aumentan a 390, lo que representa un aumento del 181% desde 2021.
Competitividad Industrial
La transición presenta tanto una amenaza como una oportunidad para la base industrial de Europa. La UE es actualmente un exportador neto de vehículos eléctricos, lo que demuestra que sus fabricantes pueden competir a nivel mundial. Sin embargo, mantener esa ventaja depende de asegurar la cadena de suministro de baterías. Si bien la capacidad total de producción de celdas de batería anunciada en la UE podría, en teoría, cubrir el 99% de la demanda nacional de transporte por carretera y no vehicular para 2030, sólo el 72% de esa capacidad está actualmente operativa o es muy probable. Esta dependencia de proyectos anunciados (pero aún no asegurados) requiere esfuerzos concertados y fuertes señales del mercado para evitar perder la cadena de valor manufacturera frente a competidores globales, en particular China.
Además, el análisis confirma que las reservas mundiales de materias primas de litio, cobalto y níquel son más que suficientes para satisfacer la demanda acumulada hasta 2050. La dependencia de la UE de las importaciones de combustibles fósiles, en contraste con su producción nacional de electricidad, hace de la transición una estrategia económica para reducir la dependencia energética.
Transición de la fuerza laboral
Finalmente, el cambio requiere un esfuerzo masivo de recapacitación.
Entre 2020 y 2024, aproximadamente 19.000 nuevos empleos en proveedores de automóviles estuvieron directamente vinculados a las tecnologías de vehículos eléctricos, lo que muestra una creación neta de empleos de alto valor. Sin embargo, los estudios estiman que 2,4 millones de trabajadores necesitarán volver a capacitarse en la UE para 2035. Los programas a nivel de toda la UE, como la Academia Europea de Baterías y la Automotive Skills Alliance, son plataformas esenciales para garantizar una “transición justa” que alinee las habilidades de los trabajadores con las demandas del nuevo ecosistema de electromovilidad.
La infraestructura necesita ponerse al día
Si bien el despliegue de infraestructura va por buen camino, el desafío para la siguiente fase de la transición está pasando de simplemente cumplir los objetivos de cumplimiento a asegurar los componentes industriales y sociales del ecosistema. Se necesitará una certeza política sostenida, un apoyo financiero específico para la fabricación nacional de baterías y una ampliación agresiva de los programas de recapacitación de la fuerza laboral para convertir el fuerte impulso del mercado en un futuro de cero emisiones completo, equitativo e industrialmente competitivo.
Las ICCT Verificación de transición de vehículos eléctricos supone un voto de confianza en la senda de cero emisiones de la UE. Los estándares regulatorios han acelerado con éxito la adopción de vehículos eléctricos, estableciendo una ventaja económica convincente para los consumidores a través de costos de conducción más bajos y prometiendo beneficios extraordinarios para la salud pública.
Nota: El Informe de transición de vehículos eléctricos se redactó con opiniones y análisis de expertos clave, incluidos Marie Rajon Bernard y Jan Dornoff, y con el apoyo de organizaciones como Agora Verkehrswende, BEUC y FIA Región I. CleanTechnica recibió una copia e información clave para este informe.
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