La lucha y el carácter sólo te llevan hasta cierto punto en el rugby internacional y Nueva Zelanda es sin duda un paso adelante en clase y calidad.

La victoria amplió la racha de victorias de los All Blacks contra Gales a 34 partidos, una racha que se remonta a 1953.

Gales podría haber luchado contra sus oponentes durante 50 minutos, pero aun así concedió 50 puntos en casa por tercera vez este año, después de que Inglaterra y Argentina también cumplieran medio siglo en el Principado.

Los All Blacks también anotaron más de 50 puntos por tercer partido consecutivo en Cardiff.

La desafiante y resistente defensa local quedó en evidencia, pero Nueva Zelanda aun así ganó siete intentos, con el arranque Damian McKenzie sumando 17 puntos, mientras que Gales falló 38 tacleadas.

Las estadísticas del partido demostraron el dominio de Nueva Zelanda. Los All Blacks hicieron 1.362 metros en 167 acarreos, frente a los 593 metros de Gales en 77. El equipo de Tandy hizo 223 tacleadas, frente a las 85 de Nueva Zelanda.

A pesar de los esfuerzos de Gales, los All Blacks cruzaron consistentemente la línea ganadora con el fuerte ala Caleb Clarke y el dinámico número ocho Wallace Sititi, subrayando cómo los visitantes parecían más grandes, más rápidos y más fuertes.

“Nuestro juego de poder es muy fuerte”, dijo el entrenador de los All Blacks, Robertson.

“Ocupamos el primer y segundo lugar del mundo en muchas áreas y una de ellas es nuestro juego de poder.

“Sabemos que tomará un poco de tiempo bajarlos y estarán allí en 50 o 60 minutos, pero la fatiga aparecerá y podemos aprovecharla al máximo”.

Gales ha acumulado 127 puntos en tres partidos este noviembre mientras Sudáfrica, campeona del mundo, viajará al Principado Stadium el próximo fin de semana.

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