Un intercontinental ruso Un misil balístico (ICBM) disparado desde un silo subterráneo en las estepas del sur del país el viernes en una prueba programada para lanzar una ojiva simulada a una zona de impacto remota a casi 4.000 millas de distancia. El misil ni siquiera alcanzó los 4.000 pies.
El ejército ruso guardó silencio sobre el accidente, pero el misil se vio y escuchó a kilómetros de distancia de la base aérea de Dombarovsky en el Óblast de Orenburg, cerca de la frontera entre Rusia y Kazajstán.
Un vídeo publicado por Blog ruso MilitaryRussia.ru en Telegram y ampliamente compartido en otras plataformas de redes sociales mostró que el misil se desvió de su rumbo inmediatamente después del lanzamiento, antes de volcarse, perder potencia y estrellarse a poca distancia del lugar de lanzamiento. El misil expulsó un componente antes de tocar el suelo, tal vez como parte de una secuencia de rescate de carga útil, según Pavel Podvig, investigador principal del Instituto de las Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarme en Ginebra.
El accidente estuvo acompañado por una bola de fuego y una nube nociva de color marrón rojizo, el signo revelador de una mezcla tóxica de hidracina y tetróxido de nitrógeno utilizada para alimentar los misiles balísticos intercontinentales más poderosos de Rusia. Las imágenes de satélite tomadas desde el viernes muestran un cráter y una marca de quemaduras cerca del silo de misiles.
Los analistas dicen que las circunstancias del lanzamiento sugieren que probablemente fue una prueba del misil ruso RS-28 Sarmat, un arma diseñada para alcanzar objetivos a más de 11.000 millas de distancia, lo que lo convierte en el misil de mayor alcance del mundo.
Un arma inutilizable
El misil Sarmat es el misil balístico intercontinental pesado de próxima generación de Rusia, capaz de transportar una carga útil de hasta 10 ojivas nucleares grandes, una combinación de ojivas y contramedidas, o vehículos hipersónicos de empuje y planeo. según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. En pocas palabras, el Sarmat es un arma apocalíptica diseñada para ser utilizada en una guerra nuclear total entre Rusia y Estados Unidos.
Por eso no sorprende que a los funcionarios rusos les guste hablar de las capacidades de Sarmat. El presidente ruso Vladimir Putin calificó a Sarmat como un “arma verdaderamente única” que “dará que pensar a aquellos que, en el calor de una retórica agresiva frenética, intentan amenazar a nuestro país”. Dmitry Rogozin, entonces jefe de la agencia espacial rusa, calificó el misil Sarmat de “superarma” después de su primer vuelo de prueba en 2022.
Hasta ahora, lo que hace único al misil Sarmat es su propensión a fallar. El primer vuelo de prueba a gran escala del misil en 2022 aparentemente salió bien, pero el programa ha sufrido una serie de fracasos consecutivos desde entonces, en particular una explosión catastrófica el año pasado que destruyó el silo subterráneo de misiles Sarmat en el norte de Rusia.
















