Las refinerías estatales de la India han cerrado su primer acuerdo a largo plazo para importar gas licuado de petróleo (GLP) estadounidense, adjudicando licitaciones a Chevron, Phillips 66 y TotalEnergies Trading para su entrega a partir de 2026, una medida que marca una ruptura geopolítica y comercial con el Medio Oriente y un paso hacia el apaciguamiento de Washington.
El acuerdo cubre alrededor de 2 millones de toneladas métricas de GLP (unos 48 cargamentos de gaseros de gran tamaño) adquiridos conjuntamente por Indian Oil, Bharat Petroleum y Hindustan Petroleum. Es la primera vez que las tres refinerías se han unido para el suministro a largo plazo del combustible en Estados Unidos, que todavía está subsidiado en casa. Si bien los detalles de los precios no han sido revelados, los contratos dan a los proveedores margen de maniobra para obtener una de cada cuatro cargas fuera de EE.UU., una flexibilidad probablemente diseñada para gestionar la logística y las oscilaciones de precios.
Actualmente, India importa alrededor del 65% de su consumo de GLP (aproximadamente 31 millones de toneladas al año), casi todo de proveedores de Medio Oriente como Arabia Saudita, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. El cambio hacia los EE.UU.. refleja tanto la diversificación de la seguridad energética como la diplomacia comercial: el arancel del 50% de Washington sobre los productos indios se ha convertido en un punto delicado para el Primer Ministro Narendra Modi, y comprar más energía estadounidense es parte del esfuerzo de Nueva Delhi para reequilibrar ese libro mayor.
También es un mensaje para Riad. Saudi Aramco recientemente redujo los precios de venta oficiales de propano y butano a mínimos de dos años después de que India indicara planes para diversificarse y alejarse de la dependencia del Golfo. Para productores como Aramco y ADNOCla pérdida de la seguridad a largo plazo de la India como mercado cautivo se produce justo cuando la demanda de China se ha desacelerado.
Detrás del cambio comercial se esconde la realpolitik. La administración Trump ha presionado a India para que reduzca las compras de crudo ruso y, a cambio, Washington ha abierto sus puertas de exportación al GLP estadounidense. Para India, conseguir combustible más limpio y asequible y al mismo tiempo aliviar la presión arancelaria es un acuerdo diplomático de dos por uno, que silenciosamente vuelve a dibujar el mapa de los flujos globales de GLP.
Por Julianne Geiger para Oilprice.com
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